18. Jose Martí: Su Legado Vive Aquí
26 de enero, 2010 - Usted puede haber escuchado sus versos en la vieja canción cubana "Guantanamera". Es posible que haya visto su impresionante estatua en el Parque Central de Nueva York. Puede haberlo oído mencionado cuando los cubano-americanos y los políticos de Washington han discutido sobre las estaciones de radio y televisión, del gobierno estadounidense, que llevan su nombre. O cuando la gente habla de las calles, parques, escuelas o teatros que se llaman como el – en Cuba, Estados Unidos y en todo el continente americano.
Su nombre era José Martí. Es posible que lo conozca como el aún venerado poeta, periodista y líder revolucionario de la lucha por la independencia cubana contra España en el siglo 19, o como el notable escritor y conmovedor orador que fomentó los ideales de libertad y democracia en Hispanoamérica. Esta semana, incluso usted podría asistir a un evento cívico o cultural para conmemorar el 157 aniversario de su nacimiento, que fue en La Habana el 28 de enero de 1853. En todo este país y este continente, habrá una multitud de banquetes, conferencias, recitales, escritos y exposiciones dedicadas a la promoción de las enseñanzas de Martí. Y sin embargo, no se dan cuenta de que el trabajo más importante de Martí - su legado - fue hecho mientras vivió en Nueva York durante los últimos 15 años de su vida. Los libros de historia de América Latina están llenos de patriotas cuyas contribuciones más valiosas se hicieron mientras vivieron en el exilio en los Estados Unidos. Y quizás Martí es el mejor ejemplo. Fue aquí donde Martí desarrolló sus conceptos de liberación y emancipación. Fue aquí que él representaba las aspiraciones de todos los pueblos oprimidos que luchan por ser libres. Entre 1880 y 1895, desde su apartamento de Greenwich Village, Martí surgió y floreció como un brillante defensor de la libertad. Escribió un gran volumen de poemas, novelas, cartas y artículos periodísticos que inspiró a muchas generaciones de latinos a ponerse de pie y luchar por la libertad y la democracia. Fue corresponsal para diferentes publicaciones latinoamericanas y un escritor del viejo New York Sun, convirtiéndose en el primer columnista hispano en este país para un periódico en idioma Inglés. Pero quizá su mayor logro fue la forma en que consiguió unir a los cubanos que luchaban por la libertad, desde el exilio y en la isla. Fue su liderazgo, carisma e integridad de confianza que permitió la formación del Partido Revolucionario Cubano y llevó a la eventual derrota de las fuerzas españolas en la isla en 1898. Pero Martí nunca vio a una Cuba libre. Lo mataron las fuerzas españolas, a la edad de 42 años, el 19 de mayo de 1895 - apenas unos días después de regresar a la isla caribeña para iniciar la Guerra de Independencia de Cuba contra España, también conocida como la Guerra Española-Americana. Su estatua en el parque central de Nueva York, representa el momento en que fue herido fatalmente mientras montaba un caballo en la batalla de Dos Ríos, en la provincia del Oriente de Cuba. Los que lucharon por la libertad de Cuba habían perdido a su líder civil más prominente, pero Cuba y todas las antiguas colonias españolas habían ganado un mártir eterno. Las enseñanzas del Apóstol de la independencia cubana, como Martí llego a ser conocido, se extendieron como en un fuego forestal por todo el continente americano, donde las casas y edificios públicos fueron adornados con imágenes del hombre con la frente amplia, bigote espeso y una sonrisa sincera. A los niños latinoamericanos se les enseñó a imitar a este hombre ideal, que era lo suficientemente fuerte como para estar dispuesto a morir por su patria, pero todavía lo suficientemente sensible como para escribir bellos poemas de amor. Sin embargo, Martí fue un escritor tan prolífico que sus ideas han sido extraídas - y sacadas fuera de contexto - para defender a casi cualquier punto de vista, en gran parte de la misma manera en que la Biblia a menudo es citada para hacer argumentos opuestos. Sorprendentemente, en un momento en que América Latina está fuertemente dividida entre socialistas y capitalistas; ambas partes pueden reclamar a Martí como uno de los suyos. Dependiendo de la perspectiva en la que se le ve, Martí o bien fue fuertemente anti-estadounidense o favoreció una América Latina en la imagen de los Estados Unidos – o fue "el autor intelectual" de la Cuba comunista de hoy o un cubano que si hoy estuviera vivo – estaría exiliado en Nueva York, aún luchando por liberar a su patria. En Cuba, los comunistas sostienen que Fidel y Raúl Castro están completando la revolución de Martí al desafiar a los Estados Unidos. Pero en este país, los cubanos-americanos creen que Martí pudo haber sido uno de los balseros cubanos de hoy, una vez más, huyendo de la isla para poder expresarse libremente, o tal vez uno de los presos políticos de Castro, encarcelados por escribir artículos que se considerarían "contrarrevolucionarios" hoy. De hecho, algunos de los escritos de Martí, que ya tienen más de un siglo, se censuran en la Cuba comunista, donde el gobierno es muy selectivo acerca de lo que el público puede leer. Las escuelas y libros cubanos promueven la línea de Martí acerca de haber vivido en el "monstruo" de lo que es los Estados Unidos, pero censuran sus advertencias sobre los peligros del socialismo y los líderes totalitarios. "Una revolución es necesaria todavía”, escribió Martí en su día, aunque fácilmente alguien pudiera escribir lo mismo sobre el régimen de Castro hoy en día, "la que no haga Presidente a su caudillo”. Ese es el lado de Martí que a los cubanos en la isla no se les permite conocer. “Una nación no se manda como un campamento," escribió Martí. Pero estos son los escritos que a los cubanos no se les permite ver. Debido a que se les dice que la dictadura de Castro fue idea de Martí, muchos cubanos jóvenes crecen odiando a un hombre al que deben admirar. "Si ese era el sueño de Martí," un joven cubano me dijo una vez poco después de escapar de la isla, "maldita sea la hora en que se quedó dormido". Talladas en una pared en el Parque José Martí en Union City, NJ, las palabras del apóstol cubano describen la razón por la cual los cubano-americanos se reúnen allí en vez de en La Habana para desempeñar su querido juego de dominó. “El hombre ama la libertad, aunque no sepa que la ama, y anda empujado de ella y huyendo de donde no la hay.” Con el paso del tiempo, se puede esperar que poco a poco los latinos de Estados Unidos podrían olvidar a sus héroes patrios. Pero cuando esos héroes también vivían aquí, cuando también fueron pioneros de la comunidad latina de EE.UU., seguimos identificándonos con su lucha por la libertad y la justicia social – especialmente cuando su lucha no parece haber terminado. Como pionero de los columnistas hispanos en este país, Martí incluso esbozó la misión de los periodistas latinos de hoy y el camino que yo he elegido seguir con mi propia columna: “Lo que quiero es demostrar que somos pueblos buenos, laboriosos y capaces,” escribió Martí en una carta a un amigo en México. “A cada ofensa, una respuesta … y más eficaz por su moderación. A cada aserción falsa sobre nuestros países, la corrección al pie. A cada defecto, justo en apariencia, que se nos eche en cara, la explicación histórica que lo excusa, y la prueba de la capacidad de remediarlo. Sin defender no sé vivir. Me parecería que cometía una culpa, y que faltaba a mi deber, si no pudiese realizar este pensamiento”. Para leer otros capítulos que han sido traducidos al español, visite: En Español COPYRIGHT 2010 CREATORS.COM |
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